viernes, 21 de mayo de 2010

Historia del Trayecto XV: Ayeres del '92


Es increíble como la vida está plagada de puntos débiles, recuerdos. Frágiles, como sus dueños, viajeros del tiempo en el que habitaron.
Siempre me gana la memoria olfativa... pero esta vez la visual...
En un sólo día me reencontré conmigo a los seis años.

Cocina de mi casa. Mi madre tuvo una regresión y me compró un paquete de galletitas. Pero no cualquier paquete. Después del principio de infarto que me da con la vuelta de las maravillosas Tentaciones de Chocolate y Vainilla con puntito rojo (que son los gustos que me importan), reaparecieron los pescaditos. No se si alguna vez se fueron (como las Horóscopo), pero ahi estaban. A mis veinticortos, aopyadas sobre el mármol gris. ¡Qué recuerdos! El jardín, el té con diabética proporción de azúcar, la merienda, la arena, la siesta para que los pendejos se serenen un poco... en fin, le faltaba volar y era el mundo ideal.
Cabe destacar que, cuando las convidé a la noche a mi contemporáneos, provoqué emoción y lágrimas, y lo digo en serio.

http://www.fotolog.com/yorshhh_chester/18667882
(A modo ilustrativo)


Ciudad de la Paz y Monroe. Nunca me había percatado. Para el lado de Nuñez, aún sobrevive un Cromy Club. Se me llenaron los ojos de lágrimas.
Y las imágenes corrieron; '92, peatonal Florida, mucho frío, tarde de sábado. Mi papá cumplió su promesa y me llevó a cambiar el álbum completo de La Sirenita.. el detalle fue que me faltaban un par para completarlo realmente (Incluso tenía la 101 que era jodidísima, creo que Ariel se besaba con el morocho) y la idea era ver si me tiraban alguna "figurita difícil". Llevé mi pilón, y aunque no me dieron bola con el álbum me llené de premios. El local era chiquito, oscuro y alfombrado, se promocionaba un sorteo donde el premio mayor era una bici rosa con canasta adelante que me gutaba mucho, estaba ahi exhibida. Paseamos por las galerías y le compramos un par de guantes mágicos rojos a Matías, que era mi vecino y cumplía años; después de ahi me fui para la fiesta. Ah, me olvidaba: fue la primera vez que vi merchandising de Los Simpsons, mamá me compró un llavero de Lisa y a mi hermano uno de Bart... ho-rri-bles, amorfos, como los primeros dibujos de Matt Groening.

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