viernes, 25 de diciembre de 2009

Cuestión de fe

De las definiciones que la RAE disponía para la palabra "Fe", me interesó la siguiente:

"6. Palabra que se da o promesa que se hace a alguien con cierta solemnidad o publicidad."

¡PU-BLI-CI-DAD macho! ¡Ya está todo dicho!
He aquí mi declaración: Tengo graves problemas con la fe.

Me crié en una familia que consume este mucho este producto. A veces muero por consumirlo, quisiera que me atraiga, quisiera que me emborrache hasta dejarme inconsciente una y otra vez. Pero no puedo. En este último tiempo, la fe se me salió del pecho como en pleno exorcismo. Y créanme muchachos, no es una sensación muy agradable que digamos.

Hasta las canciones gospel dicen que "la fe mueve montañas". No lo dudo. Los hombres, a lo largo de la historia, condicionados psicológicamente bajo cuestiones relativas al misticismo o a la fidelidad de este producto, llegaron muy lejos, modificando a la sociedad al punto de gobernarla política y espiritualmente.

Parafraseando otras definiciones, relativas a la confianza, valga la redundancia no estoy confiando. Entré en un escepticismo tal, que ni siquiera puedo acoplarme fehacientemente a la número 4, quizás, la más terrenal:

"Confianza, buen concepto que se tiene de alguien o de algo"

Alguien cercano me habló acerca del "estadío empírico". Según Auguste Comté, el padre de la sociología, el hombre pasa por tres estadíos:

-El estado teológico o ficticio: El primitivo (¡Mirá vos!), es el primero por el que se tiene que pasar. El hombre, lleno de especulaciones, le adjudica respuestas míticas a las preguntas que tiene. Los seres sobrenaturales condicionan la vida humana.

-El estado metafísico o abstracto: Las respuestas no son atribuidas a seres paranormales, sino que son atribuidas a la naturaleza, como única fuente de producción.

-El estado científico o positivo: Hete aquí. El Estadío empírico. "Sólo es real lo concreto que se da en la experiencia".

Es muy jodido aplicar esto a la vida real. Si no crees en cosas que son parte de tus propios cimientos, ¿Cómo mierda voy a creer en un político? ¿Cómo carajo voy a creer en el lineamiento de un medio de comunicación? ¿Qué diablos será eso de "Yo creo en la justicia". Fe y verdad, dos conceptos tan unidos y separados como el amor y el odio.

En conclusión, me encantaría volver a creer en ciertas cosas. La fe me remite a un estado inocente, pasivo, en donde las responsabilidades de las propias acciones se desprenden buscando alguien que las adopte, como hijos guachos. La fe es una droga mas, dopa masas, alucinógena y a la vez con períodos de éxtasis, donde el pueblo se pone a rezar perpendicular al mar, aún cuando el Titánic se está hundiendo. ¡Pero que no decaiga esa banda! No teniendo en quién creer, cuando llegue el fin del mundo, aunque más no sea me gustaría escuchar el sonido del violoncelo...

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