viernes, 5 de marzo de 2010

Periódico

Creo que si no purgo en este momento, voy a estallar en mil lágrimas de vidrio.
No llego a entender bien lo que me pasa, pero la angustia que me corre por las venas no combina con mi rutina, mis hábitos y mis contactos. Mucho menos con mi trabajo. Una de mis funciones, mal que me pese es sonreír. Mostrarle los dientes en "U" a mis comañeros y a sus historias mundanas, a sus infidelidades, a sus aventuras, a su catarsis, a sus desventuras. A la gente que hay que atender, que no entiende, que es sorda, que no tuvo educación u olvidó aplicarla, que grita, y por sobre todas las cosas que me indignan, que se cree más que uno.
Yo siempre estoy para escuchar a los demás, y no lo digo por pedantería ni mucho menos, es la pura verdad.
Esta vez ni siquiera quiero que alguien me oiga, y es lo que más me preocupa, porque vuelvo a querer estar dentro mío y tengo sueño; el mejor auto-recurso para descansar y acortar pensamientos.
Ahora que lo veo (que lo veo escrito), puedo decir que, lo que siento se manifiesta de manera similar a lo que estoy releyendo (Holden me está haciendo ruido) y lo que me face falta. Lo suficiente para un lindo cóctel de angustia ...

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