martes, 6 de julio de 2010

Las pequeñas cosas ¿Losteras?

Más vieja me pongo más valoro las trilladas pequeñas cosas. Más pienso que nos ayudan a vivir, a matar la rutina (o debilitarla) y a irnos (porque nadie tiene el camino comprado) con algo más que guita o pelotudeces similares. Porque tampoco nos vamos con eso...

Atravesando por la etapa postseterminólostylaputaqueloparió que nos dejó a todos medios boludos, hay que reconocer que no sólo yo, sino varios losteros a mi alrededor se encontraron en una etapa entre metafísica y paranormal en la que podemos quedarnos pasmados ante la más mínima idiotez. Desde pensar que everything happens for a reason, a que todo is connected, creo que nuestro pobre coco está enloqueciendo paulatinamente.


En fin, quería mencionar, aun corriendo el riesgo de que este, sea el posteo más estúpido que haya hecho, dos cosas geniales pequeñas, que presencié ayer.


-Primera ñoña y cusi: Eran casi las nueve de la mañana y estaba bastante húmedo y templado para ser julio. Andaba yo, fijándome la hora compulsivamente subida a un 107 que me hizo pagar otra vez el boleto (flor de hijo de puta) sólo porque al subirme, decidí cambiarme al colectivo de al lado que estaba casi vacío. Cabildo y Blanco Encalada, sube una chica. Afuera, se ve que el que se despedía era el novio, o algo asi. En cuanto ella se sentó, puso su peor cara de "ya te extraño" y él de un salto subió hasta la ventanilla a darle un beso. ¡Faaaaaaaa! me dije, qué lejos estoy de eso...


-Segunda y cuasi gorda barrial: A la salida del trabajo, sobre todo cuando empieza a refrescar, antes de ir a la facultad paso por un almacén de ballestereros como yo, en pleno Belgrano. Son lo más, alla te podés pedir los sanguches (la palabra más mersa del universo, pero la prefiero antes de decir sandwich ¿?) a elección más baratos y ricos, y encima tostados gratis. Pues entré y en vistas de uno de jamón, queso y manteca -como siempre- miré al dulce de batata con el suficiente cariño para que reemplace mi merienda. No saben, les juro, no tienen idea de mi satisfacción al abrir el papel madera del paquete y morder el pan francés tostado con el dulce adentro en medio de Av. Libertador tiponá. Fui gordamente feliz.
Pie de foto: Seguro que Hurley se comería uno de batata-- =P


No hay comentarios:

Publicar un comentario