martes, 21 de junio de 2011

Historias del Trayecto XXIV: Confesión de tren



Hago más lento el proceso de escribir en el tren; lo retraso y es porque digo la verdad. Es un baldazo de agua fría en plena mentira, un bife a tiempo, el rimmel corrido sin querer.
Soy tan estúpida que hasta trato de engañarme pensando que pueden ser distracción los celulares ajenos, la música y el ruido, el grito seco del hambre...
Y a pesar de todo, del pecho saco tinta y te dedico unas líneas.
Porque en estos días, tengo que confesarte, estoy sintiendo una angustia bestial, la vergüenza me es un monstruo burlón en forma de espejo, las risas son líneas de tiempo que me hacen entender, porqué no te cruzo al terminar el día, o porqué no puedo tocarte ni con los ojos. 


Pero a esa bestia la dejo sin aliento cuando te lee conmigo, la ataco mostrándole tus oyuelos y lo desintegro cuando te hago enorme.

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