Perdone la tardanza, ¡no volverá a pasar...!
Viajé desde el cuadrado n°35 de mi hoja cuadriculada al cuello de su camisa; en el camino me tropecé con la fibra para pizarrón que se secó, sus dos celulares y sus manos sacudiéndose como aspas... Espero no demorarme mucho en la parada a sus ojos... o al menos que no me pidan documento...
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