- Las ojotas rosa 36 que dejé abajo de tu cama
- El jabón neutro que me compraste para el tatuaje derritiéndose en tu baño
- La jalea de membrillo sin abrir en tu heladera
- Mi video en VHS que no llegaste a digitalizar
- La taza que amarilla en la que no preferís tomar
- Tu remera convertida en mi pijama
- EL piercing en acción
- Tu rechazo a mis postres y chocolates
- Los megas que ocupa Mad Men en tu computadora y no llegamos a ver
- Tus ganas de ganarme en el Family.
Reviso la lista y no me queda más que reafirmar, que del amor al odio hay un paso.
Y que, mal que te pese, de lo tuyo a lo mío, también.
Son motivos suficientes para dejarlo ir?
ResponderEliminarNo, mi querido hermano.
ResponderEliminarHay que preguntarle a él.