La poesía me llevó hasta la orilla de sus ramas,
como cuando los frutos de plena estación
de aquellos árboles frondosos
están a punto de estallar.
Dio ritmo a mi cardio, alimentó mis sentidos,
estimuló mis neuronas, recreó imágenes lantentes.
Traté de serenarme; sólo habían letras en el papel
Supongo, nunca entenderé la inmensidad...
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