miércoles, 14 de octubre de 2009
La fe de los ratones
Se soltó el pelo, se pintó con una muestra gratis de brillo labial y se aprobó en su reflejo del espejo de farmacia... Programó estratégicamente el recorrido en bis de cinco cuadras a la redonda... Miró el reloj tantas veces como pestañearon sus ojos cansados detrás de los lentes ahumados... Masticó el chicle sabor hastío y lo colocó en el paladar, en contra de su gusto... Marcó un número al azar y se dispuso a charlar del tiempo y de las malas caras, innecesariamente... Necesitó una pose y el teléfono público la ayudó a ponerse menos incómoda... Cambió la forma en la que sus brazos le colgaban o cruzaban a la velocidad del segundero...
Todo esto... sólo para verlo pasar...
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¿Es un cuento? ¿Ahí termina? No entendí, pero es genial :D
ResponderEliminarSahra (: