lunes, 1 de julio de 2013
El parte de la ausencia III
Hoy se reveló ante mí la única verdad visible, y divisible.
Renunciar a mi felicidad compartida, con vos,
es aceptar la bifurcación de la misma noción.
Y mi alma se parte en dos, como nuestro camino que ya no es nuestro.
Todo se parte, hasta el oxígeno.
Mis sentidos juegan a la ruleta rusa,
No les importa morir sin tocar, sin oír, sin ver, sin oler, sin degustar.
De pedir algo, quisiera un segundo de lucidez;
Quizás si el Diablo se queda con mi alma
ya no me duela...
Aunque irónico, ¿no?
Ya no te tengo y me dolés más que nunca.
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