martes, 31 de enero de 2012
Narcosis
Reposé en mi sueño, árido para los nidos, tibio para el odio, trémulo entre las ideas inválidas | No hay descanso al cerrar los ojos, no hay más que caos, residuos de una atmósfera realista, melancólica y esquizofrénica | Me aturdo, desecho mis intentos por salir | Contraído, el tronco, los pulmones húmedos, la asfixia, el aire escaso, las pupilas secas, la boca evaporada, todo es amarillo, enfermo | Las palabras son el espacio negativo de las jaulas, se llenan de ideas mudas con alas de grito | Le sonrío al dolor , ya no intento salir más.
Canto de Martín Fierro a sus Hijos
Un padre que da consejos Más que padre es un amigo, Ansí como tal les digo Que vivan con precaución- Naides sabe en qué rincón Se oculta el que es su enemigo. Yo nunca tuve otra escuela Que una vida desgraciada- No extrañen si en la jugada Alguna vez me equivoco- Pues ha de saber muy poco Aquél que no aprendió nada. Hay hombres que de su cencia Tienen la cabeza llena; Hay sabios de todas menas, Mas digo sin ser muy ducho: Es mejor que aprender mucho El aprender cosas buenas. No aprovechan los trabajos Si no han de enseñarnos nada- El hombre, de una mirada Todo ha de verlo al momento- El primer conocimiento Es conocer cuándo enfada. Su esperanza no la cifren Nunca en corazón alguno- En el mayor infortunio Pongan su confianza en Dios- De los hombres, sólo en uno, Con gran precaución en dos- Las faltas no tienen límites Como tienen los terrenos- Se encuentran en los más buenos, Y es justo que les prevenga;- Aquél que defectos tenga, Disimule los ajenos- Al que es amigo, jamás Lo dejen en la estacada, Pero no le pidan nada Ni lo aguarden todo de él- Siempre el amigo más fiel es una conducta honrada. Ni el miedo ni la codicia Es bueno que a uno le asalten- Ansí no se sobresalten por los bienes que perezcan, Al rico nunca le ofrezcan Y al pobre nunca le falten. Bien lo pasa hasta entre Pampas El que respeta a la gente- El hombre ha de ser prudente Para librarse de enojos- Cauteloso entre los flojos Moderado entre valientes. El trabajar es la ley Porque es preciso alquirir- No se expongan a sufrir Una triste situación- Sangra mucho el corazón Del que tiene que pedir. Debe trabajar el hombre Para ganarse su pan; Pues la miseria en su afán De perseguir de mil modos- Llama en la puerta de todos Y entra en la del haragán. A ningún hombre amenacen Porque naides se acobarda- Poco en conocerlo tarda Quien amenaza imprudente- Que hay un peligro presente Y otro peligro que aguarda. Para vencer un peligro, Salvar de cuelquier abismo, Por experiencia lo afirmo, Más que el sable y que la lanza- Suele servir la confianza Que el hombre tiene en sí mismo. Nace el hombre con la astucia Que ha de servirle de guía- Sin ella sucumbiría, Pero sigún mi esperiencia- Se vuelve en unos prudencia Y en los otros picardía. Aprovecha la ocasión El hombre que es diligente- Y téngalo bien presente, Si al compararla no yerro- La ocasión es como el fierro Se ha de machacar caliente. Muchas cosas pierde el hombre Que a veces las vuelve a hallar- Pero les debo enseñar Y es bueno que lo recuerden- Si la vergüenza se pierde Jamás se vuelve a encontrar. | Los hermanos sean unidos, Porque ésa es la ley primera. Tengan unión verdadera En cualquier tiempo que sea- Porque si entre ellos pelean Los devoran los de ajuera. Respeten a los ancianos, El burlarlos no es hazaña- Si andan entre gente estraña Deben ser muy precavidos- Pues por igual es tenido Quien con malos se acompaña. La cigüeña cuando es vieja Pierde la vista, -y procurar Cuidarla en su edad madura Todas sus hijas pequeñas- Apriendan de las cigüeñas Este ejemplo de ternura. Si les hacen una ofensa, Aunque la echen en olvido, Vivan siempre prevenidos; Pues ciertamente sucede- Que hablará muy mal de ustedes Aquel que los ha ofendido. El que obedeciendo vive Nunca tiene suerte blanda- Mas con su soberbia agranda El rigor en que padece- Obedezca el que obedece Y será bueno el que manda. Procuren de no perder Ni el tiempo ni la vergüenza- Como todo hombre que piensa Proceder siempre con juicio- Y sepan que ningún vicio Acaba donde comienza. Ave de pico encorvado Le tiene al robo afición- Pero el hombre de razón No roba jamás un cobre- Pues no es vergüenza ser pobre Y es vergüenza ser ladrón. El hombre no mate al hombre Ni pelee por fantasía- Tiene en la desgracia mía Un espejo en qué mirarse- Saber el hombre guardarse Es la gran sabiduría. La sangre que se redama No se olvida hasta la muerte- La impresión es de tal suerte, Que a mi pesar no lo niego- Cai como gotas de fuego En el alma del que la vierte. Es siempre en toda ocasión El trago el pior enemigo- Con cariño se los digo, Recuérdenlo con cuidado- Aquél que ofende embriagado Merece doble castigo-. Si se arma algún revolutis Siempre han de ser los primeros- No se muestren altaneros Aunque la razón les sobre- En la barba de los pobres Aprienden pa ser barberos. Si entriegan su corazón A alguna mujer querida, No le hagan una partida Que la ofienda a la mujer- Siempre los ha de perder Una mujer ofendida. Procuren si son cantores, El cantar con sentimiento, Ni tiemplen el instrumento Por sólo el gusto de hablar- Y acostúmbrense a cantar En cosas de jundamento. Y les doy estos consejos Que me han costado alquirirlos, Porque deseo dirijirlos, Pero no alcanza mi cencia- Hasta darles la prudencia Que precisan pa seguirlos. Estas cosas y otras muchas, Medité en mis soledades- Sepan que no hay falsedades Ni error en estos consejos- Es de la boca del viejo De ande salen las verdades. |
Autor: José Hernández, vecino de Villa Ballesta <3
lunes, 30 de enero de 2012
miércoles, 18 de enero de 2012
Historias del Trayecto XXV: El Gran Goyo
Había una vez, una piba que se apostó endeudada -hasta el día de hoy- que un día se encajetó, cerró los ojos (como cuando uno toma una decisión osada), y decidió hacer el viaje de sus sueños. -Not an american dream, precisely- pero big dream al fin.
Se había enamorado, ciega, como todo infatuado, y por no ver, se limitó a escuchar. Sintió que sus pies se movían, tras la inercia de una inmensa fuerza interior.
Fue en búsqueda de los culpables, los rastreó y no paró hasta exprimirles la historia. Se fue hasta La Habana descalza, sin rollos. Allá, donde el último de los maestros descansa en paz.
Que vivas, Cuba, carajo, y todo lo que te hace única.
Nos volveremos a ver...
http://www.radioelsalsero.com/2012/01/fallecio-rumbero-cubano-goyo-hernandez.html
Se había enamorado, ciega, como todo infatuado, y por no ver, se limitó a escuchar. Sintió que sus pies se movían, tras la inercia de una inmensa fuerza interior.
Fue en búsqueda de los culpables, los rastreó y no paró hasta exprimirles la historia. Se fue hasta La Habana descalza, sin rollos. Allá, donde el último de los maestros descansa en paz.
Que vivas, Cuba, carajo, y todo lo que te hace única.
Nos volveremos a ver...
http://www.radioelsalsero.com/2012/01/fallecio-rumbero-cubano-goyo-hernandez.html
Bestial. Another Scream, by Sebastian Cosor.
http://vimeo.com/33976373
“I was walking along a path with two friends – the sun was setting – suddenly the sky turned blood red – I paused, feeling exhausted, and leaned on the fence – there was blood and tongues of fire above the blue-black fjord and the city – my friends walked on, and I stood there trembling with anxiety – and I sensed an infinite scream passing through nature.”
Edvard Munch, 1893
“I was walking along a path with two friends – the sun was setting – suddenly the sky turned blood red – I paused, feeling exhausted, and leaned on the fence – there was blood and tongues of fire above the blue-black fjord and the city – my friends walked on, and I stood there trembling with anxiety – and I sensed an infinite scream passing through nature.”
Edvard Munch, 1893
martes, 17 de enero de 2012
domingo, 1 de enero de 2012
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