jueves, 20 de enero de 2011

Argentum Trailer (A - La - Mier - Da.)

Honestidad brutal

 no vas a entender esto, pero te parto en ocho. Tenía que decirlo antes de morir. Ja!

martes, 18 de enero de 2011

Por amor (AL ARTE) 3


Miré a la ventana. Desbloqueé el celular, no había noticias nuevas. Fabián Casas me golpeaba la cabeza con su concepción de la muerte. Me golpearon duro. Tus bucles boicoteados por el corte de tu pelo, la falda Levi's de Jean, las camisas a cuadros. Todo me golpeó. Así te fuiste, a los golpes... seguramente enojada si leyeras que sigo con el vicio de la mala conjugación en mis escritos.

Pero antes de mencionar at random lo que me llevo de vos y hartar al fiel lector con la enumeración (tal como me corregirías vos con Bic colorada) preferiría llevar una narración cronológica.

Quiero que sepan que cada letra que se desprende a presión de este teclado y producto de mi impulso se debe a la semilla del yporquéno que Marina Kogan tuvo en suerte plantarme un viernes de marzo cuando se apareció en Ogilvy, primero vespertino de la Escuela.
Impulsiva, astuta y hasta insolente, hizo un esfuerzo sobrehumano para aparentar ser mayor o para no encariñarse tanto; pues le fue imposible y bendita "prueba no superada".

A lo largo del sendero pantanoso que transito del otro lado del pupitre y teniendo la puta costumbre (Ver Jean Baudrillard) como hechicera de desafiar y evaluar a los viejos brujos, me ha costado encontrar una piba que se haya roto tanto el orto (mil disculpas a los letrados) para atraer, transmitir y hasta -me atrevería a decir- ser el Agote de la transfusión literaria que corría por las venas con semejante amor y dedicación.

Nos presentó al relato breve como una mascota jodida, ¡Un Critter, por así decirlo! al que había que alimentar frecuentemente, pero ¡ojo con qué! porque podía terminar en desgracia. Iba a ser nuestra compañía de acá en más, y por ende debíamos saber lidiar con él.
Para eso, nos dejó las mejores armas al alcance de la mano; con Daft punk y Delicatessen nos enseñó el ritmo, con Una historia sencilla le disparó a la narración convencional, y Lola corrió hasta Alemania preguntándose: ¿Soy linda?.

Imposible despegar de la retina el viernes de mi cumpleaños, la torta de Juani y los versos que querían formar tímidamente parte del cadáver exquisito. Las paredes estaban plagadas con nuestras ocurrencias y sus combinaciones, ni hablar de la sonrisa que te estampaste en la cara, era innegable que te sentías plena.

Un día se te ocurrió sacudirnos el bobo como ropa sucia para Laverrap. Del Ipod chicle pelaste un concierto de piano y en diez minutos cerramos los ojos e imaginamos viajar a un lugar donde quisiéramos volver a estar. Qué curioso, luego de tantos ojos húmedos y anécdotas por tipear, nunca hubiera imaginado ese mismo momento, como una posibilidad a futuro para concluir el ejercicio. Despertar, abrir los ojos y decirte, "gracias loca, después de todo, la muerte es sólo un síntoma de haber vivido". Salute, Kogan, un gustaso.

lunes, 10 de enero de 2011

A una señora que se tomó muy en serio esto de ser chico

Tantas veces me mataron,
tantas veces me morí,
sin embargo estoy aquí,
resucitando.
Gracias doy a la desgracia
y a la mano con puñal
porque me mató tan mal,
y seguí cantando.

Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.

Tantas veces me borraron,
tantas desaparecí,
a mi propio entierro fui
sola y llorando.
Hice un nudo en el pañuelo
pero me olvidé después
que no era la única vez,
y seguí cantando.

Tantas veces te mataron,
tantas resucitarás,
tantas noches pasarás
desesperando.
A la hora del naufragio
y la de la oscuridad
alguien te rescatará
para ir cantando.




Como la Cigarra - María Elena Walsh.

sábado, 8 de enero de 2011

Charlas con la abuela II



TV on | Ricardo y sus fotos


Abuela: -¡Qué amontonamiento de carne al pedo!
(Agita sus brazos alrededor de sus hombros como si dibujaría nubecitas)
¡Pum, pam, pum! ¿Para qué se ponen tanta cosa?
¡Parecen repollos recién nacidos!

viernes, 7 de enero de 2011

Qué bello, la pucha.

Historias del trayecto XXII: Cadena de favores

Ahora entiendo porqué le dicen Zebra crossing. Será la cebra de lomo más largo que se haya tirado a descansar en el asfalto. Era tarde y el semáforo enrojeció furioso, pero a pesar de mis tacos cuasi-zancos, llegué. El 113 estaba de buenas y yo por entrar.
Descaradamente, la máquina me botoneó ante la falta de cincuenta guitas. Descaradamente yo, por el espejo me declaré ante el chofer del bondi. Me ligué un guiño y un "Pasá". Zafé.
Echeverría, Moldes y una viejita hermosa. Llevaba un carrito rojo, me recordaba al último comercial de Jumbo. Para sorpresa mía y destreza suya, lo subió al colectivo. Inmediatamente la ayudé a subir, a sentarse, a orientarse y a bajar, mientras pensaba qué clase de hijo de puta no haría lo mismo. Era adorable, entraba en el podio con mi abuelita. Bajó con su vestido liberty y sus zapatitos de tela. Le bajé el changuito. "Chau querida. ¡Que Dios esté con vos por ser tan buena!" , ligué. Me sentí como el orto, esas cosas me emocionan como idiota que soy. Pero al rato me sentí impecable, estábamos encadenándonos.